Acampa por la Paz y el Derecho a Refugio nace en el año 2016 con el objetivo claro de tejer una red: un movimiento de organizaciones, personas y ciudades, que sumen sus fuerzas para defender los derechos humanos.

Pasaron ya más de setenta años desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos ­­­­­­­­­­­­­­y, lamentablemente, estamos lejos de lograr su aplicación universal, especialmente cuando hablamos de mujeres y con especial gravedad cuando nos referimos a mujeres desplazadas o refugiadas.

Por decisión de las organizaciones que conforma la red Acampa, este año ponemos el foco especialmente en las  REFUGIADAS.

Desde su lugar de origen, cada día, cada minuto, miles de mujeres se ven obligadas a desplazarse por diferentes motivos, guerra, raza, violencia sexual, hambre, sequía, falta de trabajo, persecución política…  Detrás, siempre la misma causa, un sistema capitalista, patriarcal y agresivo, que estimula la acumulación de riqueza en unas pocas manos y que transmite a la sociedad esa dinámica perversa.

Todas las razones para emprender el camino son poderosas. Huyen desesperadas, desmoralizadas, agredidas. Con sus familias, con sus hijos e hijas; salvo que el viaje sea demasiado peligroso como para arriesgar la vida de sus seres más queridos, entonces viajan solas.

Para todas las personas desplazadas y sin grandes recursos, el camino es difícil y peligroso. Para los más de 32 millones de mujeres desplazadas mucho más. Mientras escribo este texto, muchas siguen su camino.  Durante su viaje están expuestas a pasar hambre, sed, agotamiento, a ser víctimas de agresiones sexuales, carecen de atención médica, de anticonceptivos, de un lugar seguro para dar a luz a sus bebés, de intimidad, de higiene.

Ellas no son diferentes a cualquier otra mujer en el mundo.

Jóvenes europeas que gozan de más derechos y apoyo familiar  también están obligadas en muchas ocasiones a desplazarse en busca de un trabajo digno. Se mueven por el mundo sin demasiados problemas y eso nos parece normal y un derecho indiscutible, como es lógico. Pero, si las desplazadas son pobres y con un color de piel diferente, los gobiernos de la Unión Europea les cierran la puertas, las hace invisibles y las dejan morir en el camino o en el mar, violan el derecho internacional de socorro, impidiendo a los barcos de organizaciones que forman parte de la red Acampa ­– como Proactiva Open Arms o el Aita Mari de Salvamento Marítimo Humanitario – zarpar para realizar sus misiones de salvamento, que realizan voluntariamente  el trabajo que deben hacer los estados.

Las desplazadas sin recursos que consiguen llegar a un destino seguro, sufrirán en muchos casos el rechazo, la xenofobia, agresiones sexuales, explotación; se enfrentarán a una sociedad polarizada y con una opinión pública desconcertada y manipulada con tanta desinformación. Las redes sociales, los grandes medios de información y, especialmente, la televisión, controlados por corporaciones financieras, y con el apoyo de sus representantes parlamentarios, tienen una gran responsabilidad en la irrupción de opciones políticas de ideología fascista y en el retroceso democrático y de los derechos humanos.

Pero esas mujeres también encontrarán la solidaridad de una gran parte de la sociedad, consciente de que este planeta debe ser de todas las personas que viven en el o no será viable. Para eso construimos cada día Acampa por la Paz y el Derecho a Refugio.

Acampa 2019